LOS ORÍGENES
Nuestra historia
Hablar de las casas es hablar irremediablemente de Julián Machín.
Ha pasado casi un siglo desde que el abuelito Julián, hijo de una época de penurias y sacrificios, de austeridad y escasez, comenzara a construir, a principios del siglo XX, desde una pequeña lonja, lo que hoy constituye el Conjunto Rural.
En aquellos años, de emigración, de necesidad y de lucha, el abuelito Julián y la abuelita María sacan adelante aquel proyecto de hogar.
Sus hijos Leonor, Facunda, Mauro y Lolita vienen al mundo al abrigo de aquellas paredes de piedra.
Con ellos, también crece el hogar y se completa la estructura superior de las habitaciones, y la cocina.
El establo, la cuadra y el pajero, donde hoy se levanta la casa rural que lleva el nombre de su primogénita, la abuela Leonor; una mujer valiente, independiente y adelantada a su época.
Años de abandono y el inexorable paso del tiempo estuvieron a punto de derribar todo este recuerdo.
Afortunadamente, en el año 2004 se acomete el proyecto de restauración del inmueble, fruto del cual, hoy disfrutamos en él de las comodidades de nuestro tiempo, en un entorno que no ha perdido su esencia rural y austera, con la premisa del respeto a la singular arquitectura tradicional herreña, apreciable en los remates de medio punto, la recuperación de puerta-ventanas, o la conservación del imprescindible aljibe herreño.
Como en aquellos años, hace ya un siglo, y como todo lo que empapa la vida herreña, siempre queda mucho por hacer. Lo sabemos…, siempre queda por hacer, y siempre estamos empezando algo. Sólo esperamos estar a la altura.
En estas líneas intentamos hacer un homenaje austero y sincero a ambos.
Gracias abuelito Julián…y Gracias abuela Leonor.
Por todo.